LA MÚSICA COMO MEDIO DE TRANSMISIÓN DE SENTIMIENTOS
EL MÚSICO COMO INTÉRPRETE DE
LA REALIDAD
Por : Juan Carlos Vargas
Luna
1. INTRODUCCIÓN.
“En el principio existía el Verbo, y el
Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios“[1], el verbo era música, era ese elemento
vinculante y transformador que movía montañas, una relación entre lo real y lo
irreal, y el hombre en medio, catalizador de sentimiento y expresiones, de
realidades y fantasías.
El músico, siempre
transmisor de sentimientos, nuestro hombre aymara arrancando a su quena notas
que retransmiten un sentimiento, concebido así por su medio ambiente extenso,
sombrío forjando también su carácter acorde a este medio.
2.
DESARROLLO.
El hombre interpreta
su cotidiano vivir de dos formas; parafraseando a J. Saenz en “La Noche”, la
noche tiene dos caras, una, la que marca el reloj, la de realidades, la de
anochecer y amanecer. Pero también existe otra noche, la de los sueños, la de
irrealidades o realidades muy personales.
Ambas dimensiones se
unen en el hombre, en el músico. La música entonces será la expresión de una de
estas dimensiones, generalmente la subjetiva.
Este instrumento, la
música, tiene un sinfín de propiedades, muchas tangibles al momento u otras
solo percibida por algunos sentidos, es por este motivo también que no solo
retransmite información, lo más importante, transmite sentimientos que causan
otros sentimientos en el receptor. El intérprete a la par de extrapolar sentimientos
asume los de la música misma, esto ocasiona una simbiosis de mensajes emitidos
y recibidos que incrementan el valor de la música, la hace multilinguistica.
Ludwin van Beethoven,
un genio de la música, un interpretador de realidades, a la par de Vivaldi o
Bach, pero todos con ritmos diferentes.Cómo?, luego de tantos años
transcurridos, su música continua impregnada de esa interpretación personal, de
ambos músicos por separado, y hoy sea decodificada casi con los mismos mensajes
recibidos o percibidos que años atrás. La intrasubjetividad reflejada, aun y
por siempre permanecerá igual.
Los sentimientos
generados por la música, no solo son una retransmisión de ideas, como lo vimos,
transmite sensaciones y sentimientos, modifica incluso nuestras actitudes, la
percibimos también de forma inconsciente y generan en nosotros diferentes
reacciones.
“Así se
presenta la música dentro la cultura como expresión y condición de grupos,
clases, etnias, minorías y sociedades, que está impregnada de modelos y valores,
ideas e imaginarios provenientes de grupos, clases, etnias, minorías y
sociedades ubicadas más allá. Estas relaciones, los procesos y las estructuras
de dominación y apropiación, antagonismo e integración, transbordan fronteras,
mares y océanos”. (Ianni, 1998, p. 112)[2],
la música en su amplia concepción nos ayuda a ser partícipes de diferentes
realidades.
3.
CONCLUSIONES.
La música con todas
sus virtudes y empleos, nos brinda la oportunidad se comunicar diferentes
sentimientos, sentimientos creados por nuestra interpretación personal de la
realidad, intrasubjetividad, bajo nuestra propia perspectiva, nuestro folclore,
inmerso en esa transmisión de cosmogonía propia es un ente vinculante de
nuestra propia realidad, nos ayuda a entender los ritmos y la vida diferente en
oriente que en occidente pero no por eso carente de una realidad nacional.
Nuestra música,
nuestro folclore, es entonces también parte innegable e indiscutible de la
transmisión de nuestros valores y realidades cotidianas.
4. BIBLIOGRAFIA
Ø ARANDA
Manrique Pablo, articulo “EL SUJETO: músico que propone al público su
interpretación de la realidad.”
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